Breve historia de quito (primera parte)
- Fernando Espinosa
- 14 mar 2017
- 9 Min. de lectura

Periodo preincaico
Una leyenda parecida al Arca de Noé relata el origen mítico de la ciudad:
En la noche de los tiempos, cuando el diluvio universal acabó con gran parte de la vida en la tierra; Quitumbe y su compañera Llira fueron los únicos sobrevivientes del desastre, al haberse refugiado en el volcán Pichincha.
Cuando descendieron las aguas, Quitumbe bajó a celebrar la continuidad de la vida en las faldas del volcán donde se asienta Quito. Le dio nombre y forma al lugar que los dioses le brindaron para prolongar la vida; de su prole nació el linaje que gobernaría al naciente pueblo Quitu.
La fecha de la primera fundación de la ciudad es incierta. Quito, Quitwa o Kitu ha sido habitado a lo largo de milenios, sin embargo no ha existido un poblamiento continuo (principalmente debido a las erupciones del volcán Pichincha).
Se puede decir que los Quitus fueron los primeros fundadores del territorio que conforma la actual ciudad de Quito. Hay arqueólogos que dicen que esta cultura pobló esas tierras durante 35 siglos, sin embargo no construyeron grandes edificaciones, asi que se han encontrado pocos vestigios. Se cree que su organización política-económica-social se basaba en los ayllus, comunidades familiares que trabajan de forma colectiva dentro de un territorio de propiedad común, los principales ayllus eran los de Cotocollao y Cochasqui.
Segun algunas versiones, la ciudad fue conquistada y refundada por los Caras (que englobaban varias etnias de la costa ecuatoriana), segun otros, los Quitus simplemente realizaron importantes alianzas comerciales con ellos alrededor del año de 1300 d.C.
La ubicación de Quito era estratégica por ser el centro de unión de las rutas entre los principales poblados de la zona y por lo tanto era el eje de un intenso intercambio comercial.
Aunque hay controversia al respecto, según algunos historiadores, "Quitu" fue la capital de un gobierno andino preincaico, denominado por los historiadores Reino de Quito. Este reino era la cabecera de diversas tribus (Quitu-Caras, Caranquis y Puruháes) que ocupaban los actuales territorios de Tungurahua, Chimborazo y Pichincha.
Segun esta versión: los Caras, que tomaron su nombre de su lider Carán, habrían iniciado tiempo atrás una política expansionista hacia los pueblos circundantes. Los sucesores de Carán serían llamados Scyris (Shyris) o reyes. Se cree que extendieron su dominio hasta el Carchi en el norte y hasta Cotopaxi en el sur. Fueron detenidos por la resistencia de los aguerridos Puruhaes. Sin embargo, sellaron una alianza con el matrimonio de Toa (hija del rey Shyri de Quito: Carán XI) y Duchicela (príncipe Puruhá).
Carán XI, derogando la ley de la dinastía, declaró heredera legítima de Quito a la princesa Toa. En cuanto al marido, ella debía elegirlo. Después de mutuo entendimiento, acordose su matrimonio con Duchicela. Conformaron así un gran estado cuya capital fue Quito. Muerto el Shyri, Duchicela reinó hasta el año 1370 en Quito (territorio sierra-andino norte del Ecuador) y Puruhá (territorio sierra-andino centro de Ecuador).

Huayna Cápac
La conquista inca
En 1463, el guerrero inca Pachacútec (fundador del imperio Incaico) y su hijo Túpac Yupanqui iniciaron la Conquista de Ecuador. Lucharon contra los Cañaris y Quitus-Caras en cruentas batallas hasta llegar a Quito e iniciar la construcción de la nueva ciudad Inca.
Huayna Cápac, el hijo de Tupac Yupanqui, nace en Tomebamba (actual Cuenca) en 1493. El mismo año, muere su padre, lo que produce un levantamiento de los pueblos conquistados, los incas son empujados de regreso al sur.
El nuevo Inca, Huayna Cápac, reprimió con fuerza los levantamientos, reconquistó los territorios del norte actual de Ecuador y sur de Colombia, hasta pacificar toda la región en la batalla final contra las etnias Caranqui y Cayambe en 1524. Esta batalla tuvo lugar en la actual provincia de Imbabura, alrededor de la laguna de Yaguarcocha. El mito cuenta que está fue la batalla más sangrienta de todas, que murieron entre 20.000 a 30.000 guerreros de ambos bandos. Es por esto que la laguna lleva aquel nombre: en el idioma ancestral Quitu (el Quichua, también denominado como kichwa o kitwa ) ‘yaguar’ significa sangre y ‘cocha’, lago.
Huayna Cápac se casó con Paccha, hija del emperador Shyri Cacha, sellándose así la conquista. Atahualpa sería el fruto de esta unión.
Para los Incas, esta región tenía una importancia desde el punto de vista sagrado. Los amautas (viejos sabios) notaban que conforme se acercaban al norte, las columnas del medio día producían menos sombra, por ende pensaban que este territorio era asiento más agradable para el Dios Sol, llamado Inti.
En esta época, La geografía era muy diferente a la actual. La forma de la ciudad se asemejaba a un jaguar, símbolo sagrado para el pueblo Inca. Hacia el norte se encontraba la laguna de Iñaquito (hoy extinta) y hacia el sur la laguna de Turubamba. De la montaña sagrada (Pichincha) descendían numerosas quebradas, muchas de las cuales alimentaban a la población con sus manantiales y chorreras. Los límites de la ciudad incaica de sur a norte eran: la loma del Yavirak o Shungu Loma (hoy Panecillo), donde se cree que estaba el templo del sol (Inti Huasi), hasta la loma del Huanakauri (hoy el barrio de San Juan) donde estaba el templo de la luna (Quilla Huasi). De este a oeste se extendía entre el Pichincha y la loma del Itchimbía.
Atahualpa, uno de los hijos de Huayna Cápac, había acompañado a su padre durante toda la segunda campaña de guerra. Despues de la muerte del Inca en 1525, el imperio se dividió en dos: en el Cuzco, Huascar (segun algunos el hijo legítimo) fue designado emperador sucesor por los Orejones (nobles incas cuzqueños) y casi al mismo tiempo Atahualpa (según algunos el hijo bastardo por ser hijo de una esposa menor del Inca) fue nombrado emperador en Quito, que pasaría a convertirse en la segunda capital del Imperio.
Despues de un fallido golpe de estado, Huascar se volvió muy desconfiado, llegando incluso a torturar y matar a los nobles Incas que trajeron al Cuzco la momia de Huayna Cápac, acusándoles infundadamente de sedición.
Huascar ordenó a Atahualpa ir al Cuzco, este en lugar de ir, envió a sus emisarios con regalos. Huascar los mandó de regreso con regalos infamantes (vestidos y joyas de mujer).
Este sería el inicio de una guerra civil en el imperio Inca. Aunque Atahualpa contaba con el apoyo de los generales de su padre: Quisquis y Calcuchimac, en un principio Huascar venció y tomó prisionero a Atahualpa en Tomebamba. Este logró huir y difundió una leyenda según la cual su padre el Sol lo había ayudado convirtiéndole en serpiente, por lo que pudo deslizarse por un pequeño agujero y escapar del cautiverio.
Despues de cruentas batallas, Atahualpa logró vencer a Huascar en una batalla librada en 1532 cerca del Cuzco. Quito se convertía en la única capital del Tahuantinsuyo (Imperio Inca)!

Francisco Pizarro
La conquista española
Sin embargo, la victoria no duraría mucho tiempo, ya que antes de poder reclamar el trono, Atahualpa cayó en una emboscada en Cajamarca cuando iba a reunirse con Francisco Pizarro. Al llegar a la plaza central de Cajamarca, en lugar de encontrarse con el conquistador, encontró al pomposo Fray Vicente de Valverde esperándole. Inmediatamente después de que el Emperador inca se negó a aceptar al dios católico (arrojó una biblia al piso) y someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y del papa Clemente VII, los soldados y mercenarios españoles masacraron a los 6000 soldados incas que lo acompañaban y lo tomaron prisionero. Sin embargo, siguió teniendo todas las comodidades y siendo atendido por sus servidores y mujeres, le permitieron también seguir administrando su imperio. Atahualpa cenaba y conversaba todas las noches con Francisco Pizarro, a través de un intérprete. Hizo también una gran amistad con Hernando Pizarro. Demostraba tener una inteligencia superior; hacía preguntas que admiraban a los españoles y profería dichos agudos, se dice tambien que jugaba ajedrez con ellos.
Desde el cautiverio, el Inca Atahualpa ordenó la muerte de Huascar y ofreció a los españoles el rescate más grande de la historia: un cuarto lleno de oro y dos cuartos llenos de plata a cambio de su libertad. Los conquistadores recibieron parte del rescate, sin embargo, temerosos de un ataque indígena, ordenaron la ejecución del Inca acusándolo de idolatría, herejía, fratricidio, poligamia e incesto. Para evitar morir quemado ( de acuerdo a la cosmovisión inca, su cuerpo debía ser embalsamado para lograr su resurrección en el otro mundo) aceptó ser bautizado como cristiano y luego ahorcado. Atahualpa murió el 16 de noviembre de 1532 y fue llevado con un gran ceremonial para ser enterrado en la iglesia de Cajamarca (actual Perú), sin embargo, a los pocos días su cuerpo desapareció.
El día del entierro, muchas mujeres (hermanas, criadas y esposas de Atahualpa) pidieron ser enterradas vivas con el ya que era tradición en los funerales de un Inca. Los españoles se negaron y ellas empezaron empezaron a morderse las muñecas y desgarrarse los pechos.
La muerte de Atahualpa, el último emperador Inca, marcaría el fin del Tahuantinsuyo. Sin embargo, la dinastía Inca en estas tierras sobreviviría en pequeños grupos de resistencia que fueron exterminados de a poco.
Rumiñahui, cuyo nombre significa "rostro de piedra" era uno de los tres generales de Huayna Capac y el encargado de defender el territorio del norte. Este territorio se hallaba en gran conflicto ya que varios asentamientos, entre ellos los Quitus-Caras, se rebelaron contra el Imperio Inca. Pizarro aprovechó esta situación para establecer alianzas con las etnias rivales de los Incas. Sin embargo, los conquistadores se vieron casi derrotados debido a la fuerte resistencia por parte de los Incas. Pero en este punto el volcán Tungurahua (en la actual ciudad de Baños) erupcionó. Los indígenas interpretaron este hecho como una señal de su inminente derrota, destrucción y desgracia.
Mientras Rumiñahui se dirigía a Cajamarca con 750 toneladas de oro para pagar el rescate de Atahualpa, se enteró que este fue asesinado. Entonces regresó a Quito, que se había convertido en el último bastión de resistencia Inca. El General Inca quemó y destruyó todo lo que pueda servir al enemigo. Sacrificó a las Acllas o Vírgenes del Sol, quienes eran sacerdotisas jóvenes encargadas de servir al Inti o Dios Sol (se cree que su templo: el Acllahuasi estaba en el terreno de la actual iglesia Catalina de Siena). Su asesinato tuvo como objetivo el no permitir que los españoles las violasen y proteger a la ciudad de ser profanada. Finalmente, Rumiñahui encargó a sus soldados tomar todo objeto de valor (el oro que pensaba llevar a Cajamarca y todas las riquezas, joyas, metales y piedras preciosas que existían en la ciudad) y seguirlo fuera de Quito. A pesar de ser torturado, Rumiñahui nunca reveló la ubicación del tesoro. Diversos mitos especifican como posibles lugares: el cráter del volcán Guagua Pichincha, el interior de los cerros Llanganates, el interior del cerro del Panecillo, las profundidades de la Cueva de los Tayos, etc...
La conquista española de los Andes septentrionales fue motivada principalmente por el rumor de que en Quito se encontraba el tesoro de Atahualpa. Se formaron dos expediciones en su búsqueda: la de Pedro de Alvarado, a través de la cordillera occidental, y la de Diego de Almagro y Sebastián de Benalcázar.
Benalcázar (originariamente Sebastián Moyano) era un trabajador de campo en su país, de condiciones pobres, que tras haber dejado morir una mula con su carga de leña, cambió su nombre y escapó hacia América para evitar el castigo y en busca de mejor suerte. Esto ocurrió alrededor de 1507. Con el tiempo se convirtió en un cruento conquistador. Benalcázar se alió con los pueblos indígenas que estaban en rebelión contra los Incas para poder llegar a Quito antes que Alvarado. Cuando llegó a la antigua capital Inca, la refundó (Diego de Almagro ya la había fundado a distancia en agosto del mismo año) con el nombre de San Francisco de Quito en las faldas orientales del volcán Pichincha. Esto ocurrió el 6 de diciembre de 1534 (fecha en la que se celebran actualmente las fiestas de fundación de la ciudad). Al encontrar la ciudad desierta y sin ninguna riqueza a la vista, Benalcázar ordenó a su teniente, Juan Ampudia, “no dejar piedra sobre piedra” de la ciudad Inca de Quito. Comenzó entonces la destrucción de toda la arquitectura ancestral, no solo en aras de encontrar el tesoro de Atahualpa, sino con la intención de destruir la carga simbólica que representaba Quito para la resistencia indígena.
Gran parte del territorio de la nueva villa (actual centro histórico) ya había sido ocupado por los Incas y otras tribus. En la Plaza Grande, se encontraba el palacio de Atahualpa. En la plaza de San Francisco había un gran Tianguez, el mercado que articulaba todos los productos de las diferentes etnias de los andes así como de la costa y Amazonia, desde mucho antes que llegaran los incas. Debajo del actual convento franciscano se encontraba el palacio de Huayna Cápac y se cree que también estaba el templo de Amaru, manifestación figurada de la deidad Illapa, segunda en importancia luego del Dios Sol o Inti. Illapa era el rayo, a Amaru se lo figuró como una gran serpiente fecundadora o como un dragón cuyo aliento era el Huanacauri o arco iris. Varios autores sostienen que los Incas reemplazaron a esta deidad por San Francisco, razón por la cual Atahualpa, antes de ser ejecutado, es bautizado con el nombre de Francisco.
Pero en este momento el pasado Inca había quedado atrás. El periodo que mas huellas dejó hasta la actualidad estaba comenzando: la colonia...
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